Te cuento la historia detrás de esta frase.
En el 2020 conocí a un argentino, rosarino más precisamente, que en una de nuestras tantas charlas, me contó sobre su vida en Austria y como esa frase lo ayudó a salir adelante.
Sus padres se mudaron de Rosario hacia Austria cuando el tenía 15 años, perdiendo así o al menos dejando atrás, sus amigos, sus costumbres y esos cimientos que dan estabilidad emocional.
Y quedó atrapado en ese maldito bucle de querer vivir con lo mejor que tiene Argentina junto con lo mejor que tiene nuestro pais de acogida y me contó que después de varios años de terapia, de introspección y reflexión, aprendió a VIVIR CON LO MEJOR DE LOS DOS MUNDOS.
Y eso? pregunté..
Mirá, me dijo, yo ya tengo muy claro lo que ganaba y perdía si hubiera elegido vivir en Argentina, como así tambien sabía lo bueno y lo malo cuando decidí quedarme en Austria, y estaba y sigo en paz con esa decisión, sabiendo lo que me gusta y lo que no, de cada lugar.
Todas las decisiones que tomamos en la vida, por más acertadas que sean, ganamos en algunas cosas y perdemos en otras, siempre!! Entonces aprendí a vivir con lo mejor que me ofrece el país junto con las cosas que no me gustan y a permitirme extrañar mucho y a veces muchisimo sin que eso signifique otra cosa mas que extrañar mi tierra, mi familia, mis amigos y mis costumbres.
Esa frase me ayudó a aceptar y entender que ningún pais es mejor ni peor, sino diferente, simplemente diferente, y que el país perfecto no existe, porque si hubiera un país perfecto, estaríamos todos en el.